Le di la vuelta al ensayo, no, era muy probable que el imperio maya no me ayudara a reconstruir mi pasado. Fui a dejarlo de nuevo en su sitio cuando algo pasó por mi lado, como una brisa helada. Giré la cabeza para ver de qué se trataba y me quedé congelada en el lugar. El vello de mi nuca se erizó y un extraño escalofrío me recorrió toda la espalda. Contuve el aire, incapaz de respirar y, de pronto, sentí una dolorosa punzada en el pecho. Me llevé la mano hacia ahí, repentinamente mareada. Mi corazón latió con tal fuerza que me hizo retroceder, un único latido que bombeó un intenso dolor por todo mi cuerpo. Un espasmo brutal al cruzar mis ojos con los suyos. Era un chico, pero no uno cualquiera, como una sombra, oscura, siniestra y fascinante.He aquí el primer libro de una trilogía innovadora que busca desentrañar los secretos que se esconden tras la muerte.
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